domingo, 26 de diciembre de 2010

BLOC DE NOTAS

 BLOC DE NOTAS DÍAZ-MAROTO
Exposición en La Universidad de Cádiz. Sala Kursala
Paseo Carlos III, 3 - Cádiz.
Desde el 13 de enero hasta el 21 de febrero de 2011.
Exposición organizada por el Vicerrectorado de Extensión Universitaria de la Universidad de Cádiz.
"Sin orden establecido pero con criterio, sin obligaciones temporales pero siempre se encuentra lo esencial, son obsesión por un color per impera la escritura en negro, no son peq...ueños pero caben en mis bolsillos .... así son mis cuadernos de notas "Tan necesarios como las baterias y tan importantes como la buena salud".


“Detrás del cielo más oscuro y nublado, siempre hay estrellas.”
 Con mis mejores deseos para el nuevo año. 

sábado, 18 de diciembre de 2010

BLOC DE NOTAS

Bloc de notas Díaz-Maroto
Con motivo de la exposición en la Sala Kursala de la Universidad de Cádiz a partir del 14 de enero de 2011, se ha editado el libro "Bloc de notas". Esta nueva edición recoge anotaciones fotográficas realizadas por Díaz-Maroto en Berlín, La Habana, Madrid, Manaus, Marrakech, Matanzas, Pamplona, Punta Cana, Rabat, Río Amazonas, Salamanca y Venecia. Inspirado en los tradiciones  bloc de notas, tiene un tamaño de 13x17 cm. contiene 43 fotografías en color y textos de Pilar García Merino y Emanuela Franco, así como anotaciones de viajes. Se ha realizado en impresión digital por la empresa madrileña Cromotex y tiene un total de 100 páginas. La primera edición es de 500 ejemplares.
Pueden realizarse pedidos contra rembolso a un precio total (incluido envío) de 12 €  en josemaria@diaz-maroto.com

Bloc de notas Díaz-Maroto. Portada

Extracto del texto escrito por Pilar García Merino
La huella de lo real: José María Díaz-Maroto

Como si de una expedición arqueológica se tratara José María Díaz-Maroto emprende un recorrido entretejido de huellas, vestigios y rastros del ser humano.
Con un comportamiento fotográfico -y casi topográfico- siente la compulsión de viajar al exterior en una búsqueda obsesiva por encontrar la verdad de las cosas. Pero el viaje que va a iniciar comienza como un ejercicio de introspección hacia el núcleo más profundo de su propio “yo” porque la belleza exterior no es más que el reflejo de una vivencia interior.

Entre idas y venidas, entre disparo y disparo, José María va deshojando el calendario. De La Habana al Amazonas, de Santo Domingo a Rabat, de Marrakech a Berlín y de regreso a Madrid. 
Cuando viaja a La Habana estampa con su mirada la arquitectura importada de zonas industriales de los Montes Urales.   
Se adentra en el escenario de la jungla tropical para inmortalizar un puente trazado con hormigón armado, tiralíneas diagonal de violentas directrices desafiando laderas de naturaleza terrena.
Y en un hotel de lujo en Brasil observa la enredadera de pelo en centeno, que trepa por la espalda pro-púber, de una anglosajona amazona. 

Un decadente Café berlinés. Un monumento de cemento rayando el viento. Dos parejas de enamorados en el Malecón cubano. Vestigios del pasado y retazos de un país lejano.

José María siempre mira de frente buscando en el horizonte la estela de alguna estrella o un nuevo sol tropical.
Don Juan, Casanova, James Bond. Latin lover sin Photoshop.
Vital, divertido, leal. Gin Tonic. Ron Brugal.
Amanece cada día en habitaciones vacías y de madrugada, entre sábanas veladas, se le insinúan sinuosas unas curvas peligrosas. La huella de su propio cuerpo. Un paisaje visceral. La impresión del ser humano sobre fibra natural.

Cronista sin pretensiones. Fotógrafo apasionado. No hay pose ni hay artificio. No hay manipulación. Retrata la vida, tal cual, sin forzar la situación, sin provocar el encuentro ni esperar el momento concreto.