domingo, 8 de enero de 2012

Sigo en Lanzarote aunque por poco tiempo...

Sigo en Lanzarote aunque por poco tiempo ...

Para conocer la Historia de Lanzarote es necesario conocer la realidad de sus gentes, de sus costumbres y de su cultura, pero lo mejor y más aconsejable es visitar la isla, perderse por sus calas, por sus caminos y escuchar, sobre todo escuchar, donde en muchas ocasiones escucharéis el silencio. Viaje para no olvidar con Beatriz Martín Bernal, Ana, Iñaki, Lourdes y Cuca.


Charca verde. El Golfo 2012

Charca verde. El Golfo 2012

Saramago y Lanzarote.
José Saramago era portugués, pero a veces pasan cosas en la vida de uno y te encuentras viviendo en una isla remota del Atlántico. Que se lo digan por ejemplo a Arol, que después de echar raíces en Argentina, Brasil y Chile; un buen día se vió entrando en Barajas y llamando casa a un apartamento de Madrid.
Bien visto, fue una suerte para España y los españoles que esas múltiples coincidencias llevaran a (que es el dimunitivo de José en portugués y es como Saramago quería que lo llamaran) a vivir en nuestras islas. Gracias a eso, el gran maestro aprendió español y escribió varias de sus obras en nuestro idioma; y gracias a ello también sentimos como un poco nuestro el nóbel de literatura que le dieron en Suecia en 1998.
Fue en la recogida del premio máximo que alguien puede recibir cuando Zé escribió ese discurso tan emotivo y tan especial que empezaba diciendo “El hombre más sabio que conozco no sabe leer” refiriéndose a su abuelo. En su diploma de Premio Nóbel escribieron sobre su capacidad de acercarnos una realidad huidiza desde la compasión. Y es que sentir compasión sin que parezca condescendencia es un arte muy difícil, al alcance de sólo unos pocos.
Lo que más me gustó aprender de Saramago es que su origen era de lo más humilde que te puedas imaginar; no pudiendo ni siquiera terminar sus estudios, ya que su familia no disponía de los recursos para pagárselos. Estas raíces le llevaron a tener una visión del mundo muy comprometida con la izquierda y a preguntarse cuántas personas tenían que sufrir en el mundo para que “un rico” viviera bien. Quizá por eso,La derecha portuguesa votó en contra de que se pusiera su nombre a una calle de Oporto... vetándole por segunda vez (la primera fue cuando no le dejaron presentarse a un premio con “El Evangelio según Jesucristo” porque “podía ofender a los católicos”).
Era también un gran amante del café, y traía de Portugal el café Delta, que hacía con agua mineral para disfrutar de todo su sabor. Fue fantástico porque en la visita nos invitaron a un café que nos tomamos en la cocina de gran José Saramago; yo entre sorbo y sorbo cerraba los ojos y pensaba que él podría estar sentado en ese mismo momento en la silla del jardín, esperando a que le viniera un título para su nuevo libro, del que solo tuvo tiempo de escribir treinta páginas.
Escrito por Mirichan, septiembre , 2011 www.expatriada.com 

La Gería, 2011

Camino de Famara, 2011

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